Andrés Guardado tiene una vida común como un jugador profesional promedio de fútbol, es reconocido por su gran talento y su amabilidad, sin embargo esconde un gran secreto. Durante una noche de celebración, un par de cervezas y retos, descubre que tiene algo más que afecto por uno de sus mejores amigos. Rafael Márquez se ha dedicado por completo al fútbol, toda su vida está enfocada en esa pasión, no tiene tiempo ni prisa por el amor, una persona bastante solitaria, pero amable y tranquilo.