Rey, Señor. Dios de los Murciélagos, había luchado toda su vida por guerra, por sangre, por poder. Por y para si mismo. Pero luego, lo alcanzó el amor y supo que no había nada más valioso por lo que luchar. Aún si este se hubiera ido de este mundo. Pero ahora, habiendo fracasado, en su última hora, él reflexiona ¿Valió la pena pelear y morir por el amor y su fruto? Una visión de los hechos de Maya y los Tres, desde la perspectiva del Dios Camazotz.All Rights Reserved