Jimin es un escritor que trabaja a tiempo completo en una editorial, después de una noche de fiesta por su cumpleaños veinticinco, comienza a padecer dolores de cabeza y a escuchar una voz que lo insta a buscar algo ( o a alguien) que desconoce, tras un colapso mental durante reunión en su oficina y meses lidiando con diferentes cambios, por recomendación de su terapeuta, decide mudarse al campo para encontrar paz, decidido a mejorar su salud compra una antigua casa en un rincón apartado del bosque Ahopsan, que sin saberlo guarda secretos enterrados por el tiempo, cicatrices de un pasado lleno de amor y tragedia, que tras su llegada comenzarán a despertar los ecos del pasado que en ella habitan.
La tranquilidad del joven escritor dura poco: ya que a unos días de su llegada, a la medianoche, un teléfono en el ático comienza a sonar, aunque curiosamente no está conectado. En un principio, piensa que son alucinaciones producidas por su deteriorada salud mental, pero la insistencia de cada noche y la fastidiosa voz en su interior lo lleva a responder. Al otro lado de la línea, una voz melancólica le cuenta una historia que lo atrae irremediablemente, hablándole de un amor tan profundo que desafió a la muerte misma.
Unidos por un destino tejido por siglos, Jimin y el misterioso desconocido tras la línea telefónica deberán enfrentar fuerzas que trascienden el tiempo para descubrir la verdad que los conecta.
La venganza es un plato que se sirve frío
Jk estaba perdido en un ardiente beso, jimin era el cielo y el infierno juntos. Podía ser tierno al sonrojarse por un simple cumplido o tan descarado y ardiente como se lo propusiera.
Los jadeos y gemidos, acompañados del sonido de las olas rompiendo en la orilla de la playa, sonaban como una melodia perfecta, creada especialmente para los oídos de Jungkook, sonido que sería guardado en su mente por el resto de su vida.
Cuando se le hace DAÑO a otro hay que hacérselo de tal manera que le sea imposible VENGARSE. (Nicolás Maquiavelo