El asesinato de la esposa de Aziraphale lo obliga a cruzar el país en busca de ayuda. Su última esperanza es el Sheriff de Tumbleweed, pero este se niega a ayudarle cuando descubre que está acusando al hombre más importante de la región: Metatrón. Con las opciones casi agotadas, solo queda Crowley, un caza recompensas de esos de los que Aziraphale siempre había huido.