En el corazón de Barcelona, donde el arte y la vida se entrelazan, Alex e Israel no solo eran rivales; eran dos almas en búsqueda de su lugar en un mundo que a menudo parecía dividirlos. Alex, con su pincelada audaz y colores vibrantes, buscaba romper las normas establecidas, mientras que Israel, con su meticulosa atención al detalle, anhelaba la perfección en cada escultura que creaba. La ciudad, con su rica historia artística, se convirtió en el escenario de su rivalidad, pero también en el telón de fondo de un amor inesperado.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.