Ella era una mujer fría como el clima de sus tierras. No tenía emociones, y el desapego emocional era lo suficientemente grande para ser considerado un problema. Los rumores dicen que estaba maldita, era de conocimiento público que nació con una malformación, para los hombres era una aberración y para las chicas un simple monstruo sin género, y el hecho de que su propio padre la ignorara le hizo comprender que no debía ser amada, así que dejo de buscar lo que no se merecía. No le interesaba relacionarse aun cuando sentía la necesidad de hacerlo. Desde ese momento se convirtió en una salvaje, despojándose de cualquier rastro de nobleza que pudiese tener, a pesar de que tenía sangre imperial. En sí, se había transformado en una lunática que solo servía para cazar a las bestias que componían el límite del Norte y la capital. Esa era la historia de la Tirana del Norte. De la monstruosa Duquesa, quien jamás había recibido una propuesta de matrimonio aun cuando poseía un título tan alto como lo era ser la Duquesa del Norte, por esa simple razón no esperaba oír aquellas palabras que brotaron de la desconcertante mujer que tenía en frente suyo. -Cásate conmigo- pidió aquella mujer de cabello castaño. Meena la miró en silencio notando como se había puesto de pie tratando de enfatizar en su pedido. A simple vista parecía estar decidida, como si no le importara estar pidiéndole matrimonio a la Tirana del Norte, pero a pesar de que su actitud firme era admirable, Meena no podía dejar de pensar que estaba siendo una molestia. -No me interesa- respondió mientras que se llevaba una de sus manos a la cintura- Uno de mis guardias te escoltaran hacia la salida. Esta historia no es mía es una adaptación, la historia original le pertenece totalmente a @Meltwinter todos los créditos son suyos.
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