
Sebastián odia el cabello esponjoso y desaliñado, los chalecos tejidos, las gafas y los mocasines, pero sobre todo, odia a la gente gorda. Desgraciadamente, le toca a Layla descubrirlo cuando se vuelve el blanco perfecto de las burlas de Sebastián al poseer todo lo que el chico detesta. "Del odio al amor, solo hay un paso", dicen, pero eso son solo cuentos, ¿no?All Rights Reserved
1 part