Desde que llegamos al mundo, se nos enseña que es el dolor.
Se nos muestra lo que es el desarraigo, hasta de lo más indispensable, nuestra fuente de vida, nuestra madre. Desde el momento de nuestro nacimiento se nos muestra que el universo siempre da, pero después quita.
Mientras crecemos descubrimos otros placeres; el amor, la pasión, la lujuria, el desenfreno. El goce que nos generan, el éxtasis al que nos transportan, cegados buscamos más y mas, no podemos saciarnos, no queremos saciarnos, y a la final ¿Por qué hacerlo? Si estamos flotando en una nebulosa, estamos viviendo un sueño, una utopía.
Pero el universo, sabio y algunas veces mordaz, nos muestra que al final todo es una deuda, todo lo que él te permite realizar, planear, sentir, vivir, debes devolverlo.
Todo lo que tienes es una deuda con el universo y el universo siempre encuentra la forma de saldar cuentas.
Entonces, sabiendo esto ¿aun te atreverías a sentir?
"𝑳'𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆 𝒅𝒆𝒗𝒆 𝒆𝒔𝒔𝒆𝒓𝒆 𝒓𝒆𝒄𝒊𝒑𝒓𝒐𝒄𝒐, 𝒂𝒍𝒕𝒓𝒊𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊 𝒏𝒐𝒏 𝒔𝒊 𝒅𝒐𝒗𝒓𝒆𝒃𝒃𝒆 𝒄𝒉𝒊𝒂𝒎𝒂𝒓𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆."
Dos vampiros en busca de metas totalmente distintas. Mayleen anhelaba profundamente su venganza contra las personas que le infringieron dolor; Alec deseaba pasar su eternidad con su compañera, y si eso significaba sacrificar sus reglas con tal de que ella sea feliz, lo haría.
Mayleen lo adora... Alec la ama.