La historia sigue a Elara, quien, de pequeña, entabló una tierna amistad con su vecino Jairo a través de las ventanas y la galería que conectaban sus casas. Él solía regalarle pequeñas cosas: pulseras, dibujos y otros detalles que ella atesoraba sin comprender del todo. La infancia y la inocencia les permitían ser amigos sin preocupaciones, pero con el paso de los años, ambos perdieron el contacto. Ahora, años después, ella vuelve a verlo por la ventana de su habitación, solo que esta vez ambos son adolescentes y mucho ha cambiado. Al principio, se siente extraña al verlo, casi como si lo recordara a través de una neblina de infancia. Pero con el tiempo, empiezan a comunicarse otra vez, de una forma más madura, compartiendo recuerdos de esos días y redescubriendo la conexión que parecía dormida.All Rights Reserved
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