La imagen de portada no me pertenece así como ninguna otra usada en este fanfic crédito a sus respectivos autores, ni Miraculous Ladybug ni Kuroshitsuji me pertenece crédito a sus respectivos creadores, está adaptación es un fanfic sin otro propósito más que el de entrenamiento, lo único me me pertenece es la historia y los argumentos en esta narrativa ficticia.
Dicen que todos tiene derecho a una segunda oportunidad, pero que pasa cuando nadie te la dió a ti? y si ya te cansaste de dárselas a los demás?
Eso es a lo que llega Cloe Burgeois, todos la abandonaron desde el inicio: los padres que debían amarla y protegerla, el amigo que con el que juró estarían juntos siempre, la amiga que creyó leal, el villano que le uso prometiendo cumplir sus sueños, el kwami que el destino le dio, la hermana que parecía quererla, la herina que admiraba y el mayordomo que la cuido conociendo la mejor que nadie. Todos la abandonaron, todos la juzgaron... Pero y si el dolor y el odio es tanto que puede no solo traspasar el tiempo y retrocederlo sino invocar a un ser totalmente leal que cumplirá su venganza y sus deseos fielmente con una orden.
Cloe: todos me abandonaron.
Sebastián: ese es el actuar humano, yo no miento, no traición, no desobedezco una orden y nunca abandono hasta cumplir el contrato.
Cloe: entonces es una orden, quédate a mi lado, cumple mis ordenes y no me abandones hasta que todos paguen mi dolor con lágrimas de sangre.
Sebastián: YES, MY QUEEN.
Prepárate mundo, está vez no hay perdón ni clemencia y tus héroes no te van a salvar, es hora de que todos paguen y tiemblen ante LA REINA DE PARÍS.
París ya no es la ciudad del amor. Es una metrópolis herida por la corrupción, el miedo y un enemigo que juega con precisión quirúrgica. Los miraculous han vuelto a despertar, y con ellos, el inicio de una guerra invisible.
Marinette y Adrien son elegidos por los guardianes como nuevos portadores. Luminosos, valientes, aprendiendo a ser héroes juntos. Pero hay otro.
Max no recibió un milagro. Fue arrastrado hacia él.
Solo. En silencio. Elegido por el guardián más viejo, no por virtud... sino por necesidad.
Su kwami, Sass, le entrega el poder del Second Chance, la habilidad de retroceder brevemente en el tiempo para corregir errores. Pero en un mundo donde los villanos se adaptan, Max necesita fallar y morir cientos de veces para diseñar un plan que funcione. No por genialidad, sino por persistencia. Por desesperación. Por trauma.
Desde la sombra, Max observa a los otros dos portadores. Aprende de ellos en secreto. Admira su valor. Pero no puede acercarse.
Porque los ha visto morir.
Una y otra vez.
Ellos no lo conocen, pero su existencia ha sido salvada por alguien que ya no puede recordar la última vez que durmió en paz. Que ya no sabe si lo que hace es salvar... o manipular.
En estas crónicas, el verdadero enemigo no es Hawk Moth. Es el tiempo.
Y el costo de pelear contra él... es todo lo que eres.
¿Hasta cuándo puedes jugar con el destino antes de que el destino juegue contigo?
Así comienzan las Crónicas del Último Segundo.