Ella era la única persona capaz de calmar su instinto asesino. Él era el único que conocía todo de ella. Lo que empezó como una amistad de infancia se convirtió en un deseo de volver a encontrarse y nunca más separarse. Ella estuvo triste cuando él se fue con sus padres adoptivos y siempre terminaba dormida con rastros de lágrimas en sus ojos y abrazando el peluche que el ganó para ella en aquella feria... ¿Quién diría que su deseo se cumpliría pronto?All Rights Reserved