Durante mil años, el reino de Valdoria se ha mantenido en pie, forjado en sangre, hierro y fuego. Surgido de la espada de un semi elfo legendario y sostenido por el pacto de un linaje desaparecido, su historia es una llama que se resiste a apagarse.
Valdor Karlsen, primer portador de Luz de Ocaso, unificó a las casas humanas en un tiempo de desesperanza. Junto a la Casa Itami, repelió bestias colosales en la mítica Batalla de la Garganta del Dragón. De su hazaña nació un reino, y de su linaje, una promesa.
Pero toda gloria es efímera. Siete siglos más tarde, la Casa Karlsen cayó bajo la sombra de una enfermedad que devoró su estirpe. Y con su desaparición, surgió la disputa. Mientras unos miraban al pasado por derecho de sangre, otros miraban al cielo... esperando la luna roja.
Fue entonces que los Itami, guardianes del pacto sellado con la oscuridad del ocaso, tomaron el trono. No por herencia, sino por deber. Su reinado fue aceptado, pero nunca olvidado por aquellos que se creían herederos legítimos.
Ahora, tras siglos de alianzas frágiles, secretos enterrados y fronteras vigiladas, algo se agita en el corazón del reino. Las antiguas bestias murmuran en las montañas. El río Valdor arrastra sueños rotos. Y bajo la luna roja, el eco de una profecía resurge.
Porque cuando la sombra alcanza su punto más oscuro... es cuando comienza el amanecer.
Reinos e imperios humanos han batallado desde el inicio de los tiempos, para prevalecer como la más grande de las civilizaciones. Sin embargo, la aparición de una colosal y extraordinaria raza de criaturas ha hecho que los soberanos de todo el mundo centren sus fuerzas en su propia supervivencia y no en la expansión de su supremacía.
En esta novela se fusionan conceptos históricos (como la cultura celta y su religión) con ideas del ámbito fantástico de las que resaltan la magia de sangre, los Dádivas y Demogorgones.
Celtas y cristianos se mantienen enzarzados en una guerra de la que nunca se ha anunciado su final; centésima iteración de un ciclo interminable de odio tan antiguo que no se puede aseverar con certeza quién lanzó la primera piedra y a quién le corresponde la verdad.