Todo ser humano nace con un don, algunas personas nacen con hábilidades, otras con carísma, pero el mío. El mío nunca se podrá llamar “don”, más bien era algo del cuál me avergonzaba en mostrar a los demás. Era tan privado, que solamente unas cuántas personas podrían saber. Siempre me pregunté, “¿por qué yo?, de millones de peronas ¿por qué justo a mi?”. Podía ver lo que otros ojos nunca verán, mi mente era inteligente, quizás de manera sobrenatural, podía explorar el futuro en otras personas, a veces acertaba, a veces no mucho. Que raro, jamás conocí unos ojos tan malvados, llenos de furia y de recelo, apartado de todo sentimiento grato, la maldad estaba escrita en él, casi tatuada en su piel. Lo más terrible era que en su futuro, estaba yo. Todos los derechos reservados, 2015. L.VCharlie.Tous Droits Réservés
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