Devon Mathewes, conde de Kerrish y director de uno de los
bancos que gestiona fondos de la Corona, necesita hacerse cargo
de una huérfana y proporcionarle educación mediante una
institutriz para restablecer su imagen de honradez y decencia ante
la reina Victoria. Alguien ha cometido un desfalco en el banco y
todas las pistas apuntan hacia su familia. Convencida de que
nadie la reconocerá, pues hace tiempo que se retiró de la vida
social, Pamela Lockhart, propietaria de la Distinguida Academia
de Institutrices, oculta su juventud y belleza tras un disfraz de
severa institutriz, y se traslada a la casa del conde con Beth, la
huérfana escogida para el pupilaje. Allí comprobará que no está
preparada para evitar la indudable atracción que siente por Devon, quien tampoco acaba de creer el
imparable interés amoroso que siente por la institutriz de gafas gruesas y críticas lecturas morales. Un
ardiente romance comenzará entre ambos.