Para Jimin, la amistad con Yoongi es su refugio, una cercanía que nunca ha querido arriesgar. Sin embargo, un sentimiento más profundo y oculto empieza a brotar, y con él, una maldición que invade su cuerpo. Flores de colores vivos se abren paso dolorosamente en su pecho y garganta cada vez que Yoongi está cerca, envenenando su vida con cada pétalo que no se atreve a confesar.
Mientras la enfermedad de Hanahaki avanza, Jimin se enfrenta a una decisión desgarradora: confesar su amor y arriesgar la amistad que tanto valora, o permitir que las flores lo consuman en silencio. Con cada paso que da, Jimin se ve atrapado entre el amor y el miedo, mientras Yoongi, ajeno a su dolor, empieza a notar la distancia creciente entre ambos. En un juego de sentimientos no dichos y promesas no cumplidas, Jimin tendrá que decidir si el amor que guarda en silencio vale más que su propia vida.