Acostarse sobre...

En un mundo oscuro y misterioso, donde los límites entre la realidad y la fantasía se difuminaban, existía un ser, un demonio que se alimentaba de los sueños y los deseos de los humanos.

El demonio tenía una apariencia irresistible, con ojos que brillaban como estrellas en la noche y una sonrisa que podía hipnotizar a cualquiera y un cabello azabache brillante. Su presencia era como una niebla que envolvía a sus víctimas, haciéndolas sentir débiles y vulnerables.

Una noche, el demonio se fijó en Taehyung, un joven inocente y sensible que dormía solo en su habitación. Él se deslizó en la oscuridad, su presencia casi imperceptible, y se acercó a Taehyung.

Con un susurro suave, Jungkook comenzó a hablar en el oído de Taehyung, sus palabras como un veneno que se infiltraba en su mente. "Eres mío. Tu corazón late solo para mí".