Después de la muerte de su madre, Fabián, un joven de 24 años, se encuentra atrapado en una profunda tristeza que le impide seguir adelante. Incapaz de expresar su dolor a quienes lo rodean, Fabián recurre a un método que su madre solía enseñarle para lidiar con las emociones difíciles: escribir cartas. Día tras día, se sienta frente a una libreta y escribe cartas a su madre, cartas llenas de preguntas, anécdotas, lamentos y confesiones. A través de esta catarsis, va redescubriendo su pasado, enfrentándose a sus propios miedos y resentimientos y encontrando un camino hacia la aceptación. Cada carta es un pequeño paso hacia su sanación, una pieza que le ayuda a reconciliarse con el dolor, a ver a su madre como una persona con sus propias luchas y a perdonarse por no haber sido siempre el hijo ideal. Aunque al principio escribe para lidiar con su propio sufrimiento, poco a poco comienza a encontrar en sus palabras una sabiduría que no sabía que poseía.