En un rincón del tiempo, bajo luces tenues, yacen cartas olvidadas, vestigios de los sueños,
susurros de un alma que ya no está...
Se necesitan muchas lágrimas y haber pasado por miles de desgracias para retener la empatía de un "No". El papel, amarillento, con tintas de pasión escribió en cada línea un latido, en cada firma un adiós prematuro. Los anhelos que nunca se atrevieron, el amor que se oculta, de los caminos sin final. Los ojos que los leen, acarician el dolor, descubren en sus palabras, el temblor de algo tan oscuro.
Ya es tarde para el eco de un susurro perdido, las cartas son fantasmas de un tiempo no vivido.
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.