En la penumbra, sus siluetas se mueven con gracia y determinación. Eren, el fuego que arde en sus ojos, la pasión que mueve cada uno de sus pasos. Mikasa, la sombra que lo protege, el escudo que lo cubre.
Entre los susurros del viento y el crujir de las hojas, se escucha su danza, una sinfonía de movimientos precisos y conexión inquebrantable. Eren, con su fuerza arrolladora, abriendo camino. Mikasa, con su mirada vigilante, asegurándose de que nada lo alcance.
Sus voces se funden, un eco de confianza mutua y un vínculo que trasciende el tiempo y el espacio. En esa dualidad, encuentran su fuerza, su razón de ser. Eren, el líder que inspira. Mikasa, la protectora que jamás lo abandonará.
Entre las sombras y los susurros, su historia se teje, un baile eterno de lealtad, sacrificio y un amor que desafía todas las adversidades. Eren y Mikasa, almas destinadas a encontrarse, a luchar lado a lado hasta el final.