La oscuridad acecha en todas partes. En cada esquina, cada grieta, incluso en los lugares más iluminados del mundo. Este caso no es la excepción. Los vampiros son la representación de la oscuridad, caminan entre los vivos esperando nunca tener que alimentarse de ellos, pues en los reinos de los humanos y criaturas mortales, existe la paz con los vampiros. El único problema: una noche al año, estos vuelven a su fase oscura.
Esa noche marca el inicio de un estado tan primitivo que ni ellos mismos son capaces de controlarlo. El salvajismo y la sed de sangre son los principales protagonistas. La parte viva muere para dar paso a las bestias que llevan dentro desde siglos atrás.
Los humanos conocen su condición, por eso hay reglas y leyes que rigen este mundo de seres inmortales y mortales. Los vampiros son confinados en sus propias tierras durante la fase oscura, mientras las demás especies permanecen en la seguridad de sus reinos. Eran las leyes de la vida... leyes que Lyara no sabía respetar.
Aun cuando fue advertida toda su vida sobre no salir la noche de la transformación, hace caso omiso de esas advertencias. Confiando en que los vampiros no pueden ser tan primitivos como lo cuentan las historias, pues nunca tuvo oportunidad de ver a un vampiro salvaje. No hasta esa noche, cuando salió de las puertas del reino, guiada por su fuerte obstinación y su deseo de ver eso que tanto exageran los cuentos.
Ella deseará nunca haber dado siquiera un paso fuera de su cama. Pues esa noche se encontrará esos horrores que había deseado tanto comprobar. Un vampiro en fase oscura. Y no cualquier vampiro, el antiguo Guerrero Vampiro. Drakoth Varinor.
Ser madre no es fácil, en especial, soltera.
Isabella Reynosa es una joven adulta de 25 años, quién se ha abierto camino en el difícil mundo de la farándula como representante de las estrellas, ya sean cinematográficas, de deportes o literarias.
Ella conoce el trabajo a la perfección. Su vida ha estado plagada de dificultades. Ha recibido golpes de la vida, y uno tras otro, casi han logrado derrumbarla. Pero como la una luchadora que es, se ha levantado con la cabeza bien en alto, sobre todo porque lo hace por una persona especial.
Su hijo Michael de diez años.
Por eso los que la conocen, a pesar de las batallas que ha librado, de todo el peso, del dolor y de las pérdidas, la llaman...
Una Madre 4x4...
Porque no hay nada que una madre no haga por su hijo.
Reseña y portada hecha por: @Jacqueline_FonA93