Seok Jin solo buscaba justicia por su hermana, pero la justicia era ciega y terminó por condenarlo a prisión... ¡una prisión de omegas! Sin embargo, lo peor no era eso. Oh no. Lo peor era que dentro de esa prisión se encontraba un omega de su pasado al que llevaba años sin ver. Un omega que había declarado públicamente que tanto él como su pene le pertenecían por completo. Seok Jin sabía que no saldría sexualmente ileso de ahí, pero lo que nunca imaginó sería que terminaría por gustarle no salir ileso de ahí. Al final de cuentas, terminar en prisión no había sido tan malo. *Historia devuelta a la plataforma por AriMD15*All Rights Reserved