Desde que se convirtió en chunin, Boruto Uzumaki ha estado soñando con una chica que no conoce. Con el cabello negro y liso, que cae hasta por debajo de su cintura, su piel pálida y ojos oscuros, la joven parece ser un enigma del que Boruto no puede escapar. Durante cinco meses, los sueños lo han perturbado, y aunque al principio creyó que su mente le jugaba una mala pasada, la repetición de estos visiones lo hace pensar que algo extraño está ocurriendo. Al principio, creyó que estaba atrapado en un genjutsu, pero tras consultar a Mitsuki, descubre que no es el caso. Cansado de la incertidumbre y sintiendo que algo más está en juego, Boruto decide acudir a su padre, el Hokage, quien nunca parece tener tiempo para él. Sin importar las dudas de su padre, Boruto está decidido a obtener respuestas sobre la chica que aparece en sus sueños, una figura que le da paz pero que al mismo tiempo lo deja con una sensación extraña.