El país de San Valentín parecía un sueño. El aire dulce y fresco, un cielo rojo cubierto de nubes de algodón de azúcar. Todo debía ser perfecto, sin embargo había un problema: sus habitantes.
Pareciese que todos se amaban, todos querían a todos, mas en ese país reinaba algo llamado hipocresía. Hipócritas, déspotas en algunos casos. Esas eran las palabras que definían a los habitantes de San Valentín.
Amada, la marginada de su propia tierra. ¿Por qué la odiaba todo el mundo? Fácil, porque ella no fingía. Amada estaba cansada de todas esas mentiras. Sentía un hueco en su corazón, ella sabía que era imposible, pero quería hacer sentir amados a todos. Pero, ¿cómo lo haría si nadie confiaba en su bondad plena?
Todos estaban aterrados, fingían que todo estaba bien mientras sus corazones se pudrían por la mentira del amor.
En otro lugar, no muy lejano, sucedía algo parecido con el rey. Un vacío en él, que buscaba llenar sin saber exactamente con qué.
Amada Valentina abandona San Valentín, por azares del destino llega a Halloween, donde conoce a Jack Skellington. Jack no lo sabe, pero serán las cartas de amor de Amada lo que llenará su vacío.
Y Amada, no tendrá que ser más infeliz. Amará a todos más que nunca, y será más amada de lo que pudo haber sido alguna vez.
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.