¿Es malo tener miedo?
Llevo años cuestionándome sobre eso. Esa pregunta no deja de rondar en mi mente, una y otra vez, una y otra vez, sin permitirme escapar, sin dejarme descansar, una y otra vez, una y otra vez,sin dejarme ser libre...
Desde la primera vez que escapé, nada volvió a ser igual para mí. Nadie sabía lo cobarde que era; solo yo era consciente de la cobardía que se apoderaba de mi cuerpo, de aquellas inexistentes cadenas que me arrastraban hacia atrás. entrenar no servía de nada, no importaba que tan fuerte me volviera, aún me sentía con miedo, aún sentía que no era suficiente.
Cuando caminaba, podía sentir como si millones de ojos me observaran, clavándose en mí y recordándome lo insignificante que era. Nadie lo sabía... solo yo. No le diría a nadie porque, al final, nadie quiere a la gente cobarde.