La vida como detective era complicada, un día simplemente te transfieren a un lugar que está a 500 kilómetros de tu hogar sin explicación alguna... La brisa del mar humedecía fríamente mi rostro, sin duda había sido un mal día para elegir una mesa al exterior, degustaba un café y un cigarrillo que, sabía que pronto tendría que apagar, ya que una de las meseras del lugar se acercaba con un cenicero en la mano. Mi celular lanzó una alerta de batería baja mientras mensajeaba como loco con aquella chica que, de forma poco discreta, me brindó información muy valiosa sobre la investigación que vine a hacer a este lugar, un lugar que parecía ser el paraíso, con cientos de lugares bonitos a los que ir, una playa de las mas hermosas del país y una de las mejores líneas de distribución para el consumo y transporte de sustancias no muy legales que digamos, apago mi cigarro como me lo indican y estoy listo para pedir la cuenta, listo para continuar a donde sea que esto me lleve...
ATENCIÓN: Esta historia puede contener algunas descripciones gráficas sobre crímenes, violencia (de distintos tipos), consumo de sustancias, etc. Es un pequeño borrador que hice hace un tiempo, espero que les guste.