Prólogo:
Ravenhurst, una ciudad donde lo antiguo y lo moderno se entrelazan en una danza eterna, guarda secretos más oscuros que la noche misma. Sus calles adoquinadas y torres góticas son testigos silenciosos de una historia oculta, un mundo donde lo sobrenatural camina entre lo mundano.
En este escenario de misterio y peligro, dos almas están a punto de colisionar. Mel, un vampiro cuya existencia se ha convertido en una carga después de siglos de soledad, y Sarah, una joven humana cuya curiosidad innata la llevará más allá de los límites de lo conocido.
Su encuentro fortuito desatará fuerzas que han permanecido dormidas durante eones. Antiguas rivalidades resurgirán, y verdades largo tiempo enterradas saldrán a la luz. Mientras Mel y Sarah luchan contra sus propios instintos y los prejuicios de sus respectivos mundos, se verán arrastrados a un conflicto que amenaza con desgarrar el velo entre el reino de los vivos y el de las sombras.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.