Valeria Harper, una joven soñadora, comenzó su viaje universitario en Chicago, decidida a sumergirse en la literatura creativa. A su lado, Maya, su amiga de alma libre, la arrastraba hacia las luces y sombras de la vida universitaria. Juntas enfrentaban la incertidumbre, sabiendo que encontrarían algo más grande que ellas mismas.
Una noche, Maya convenció a Valeria de asistir a una fiesta secreta. Allí, entre la música y el bullicio, Valeria conoció a Luke Matthews, un guitarrista de Silver Vibes, una banda que tocaba el alma de medio mundo con su rock crudo. Luke, envuelto en misterio y fama creciente, atraía a Valeria con su encanto y su aire distante, mientras ella comenzaba a preguntarse si el romance con él podría desentrañar su corazón.
Sin embargo, conforme avanzaba la relación, Valeria se sumergió en un torbellino de dudas. Cada palabra y mirada de Luke la alejaba de la claridad que encontraba en los libros. El amor la arrastraba, y se cuestionaba si debía sacrificar sus sueños por un romance lleno de silencios.
En medio de este dilema, Valeria luchaba por encontrar un equilibrio entre su independencia y la vulnerabilidad del amor. ¿Podría seguir siendo ella misma sin perderse en el misterioso guitarrista?
Así, entre las luces de la ciudad y las sombras de sus sentimientos, Valeria descubrió que el verdadero riesgo no era perderse en el amor, sino dejar de ser fiel a su esencia y a los sueños que había jurado perseguir. El amor le enseñó a escuchar su propio corazón y a entender que la independencia radica en ser dueños de nuestra propia historia.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.