Elody Gashtrell, de veinte años, es la Joven más hermosa, amable, bondadosa y humilde que hay en toda la nación. Es la Princesa de Baviera uno de los seis Reinos más poderosos que existen. Su vida, aunque solía ser muy tranquila, era oprimida por su hermano y Protector Darcy, quien cuidaba de ella y no permitía que mostrara sus verdaderos poderes, Elody sin que nadie más lo supiese podía dominar los seis elementos que existían: Agua, tierra, fuego, luz, viento y nieve. Cada elemento pertenecía a un Reino en particular. Al tener esta capacidad desde que nació fue la princesa protegida por sus padres. Cuando creció deseaba manejar libremente su poder, pero solo se le permitía usar el perteneciente a su linaje "Agua". Elody se ve envuelta en un dilema cuando es obligada por el Príncipe Erick heredero al Trono del Reino de North a sanar a una princesa. Debido a eso se desata un enfrentamiento entre príncipes en la que Elody se ve enormemente afectada al ser limitado una de sus fases de poder bajo un fuerte hechizo. A causa de lo sucedido su Padre y hermano deciden enviarla bajo la Protección de la Reina madre de Mefania quien la recibe y protege a toda costa, pues sabe en el fondo la condición especial que posee la princesa. Durante Su estancia conoce al Rey Lahiam con quien entabla una extraña relación, en donde conoce y experimenta sus primeros sentimientos: amor, celos, deseo, ira, tristeza, felicidad. Pero todo se convertirá en caos cuando Elody es puesta a prueba para recuperar su poder y salvar su propia vida. ¿Qué pesará más en ella? ¿Su vida o sacrificarse por el verdadero amor?
Una noche en Las Vegas cambia la vida de Nailea, cuando despierta casada con Alex Milani, un carismático piloto de Fórmula 1.
Lo que comienza como una farsa para evitar un escándalo mediático pronto se convierte en un torbellino de emociones, atracción y secretos.
Entre el brillo de los eventos de alto perfil y las sombras del pasado, Nailea y Alex deberán enfrentarse a sus diferencias y a una conexión inesperada que podría unirlos... o romperlos para siempre.