En medio de su dolor, Khun Nueng encontró un refugio en la escritura. Las palabras, siempre su compañera fiel, se convirtieron en el único medio a través del cual podía intentar entender lo incomprensible. Decidió plasmar en papel la historia que habían vivido juntas, un relato tejido con hilos de amor, risas y momentos que ahora parecían tan lejanos. Cada palabra era un eco de los días soleados que compartieron, un intento de revivir la luz que Anueng había traído a su vida.All Rights Reserved
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