Se supone que no debía cruzar la verja, y lo hizo. Se supone que se llamaba Tom no Once. Se supone que no le gustase, sin embargo, así fue. Era como un juego del cual no podía huir al siempre tenerlo tras de sí como si fuese un... predador y él su incauta presa, no que tuviese algo que decir al respecto.All Rights Reserved