Brooklyn Stark nunca debió dirigir Industrias Stark, pero tras la muerte de su padre, se ve arrastrada de vuelta a Nueva York, de vuelta al centro de atención y de vuelta a un mundo en el que todo el mundo asume que es sólo una cara bonita con un apellido famoso.
¿Para empeorar las cosas? Tony le asigna un guardaespaldas: James Barnes. Estoico, avispado y enloquecedoramente guapo, James no habla mucho, pero lo ve todo. Y cuanto más tiempo pasan juntos, más difícil resulta fingir que la atracción que existe entre ellos no es real.
Ella tiene novio. Él tiene límites. Y sin embargo... hay algo entre las charlas nocturnas, las miradas silenciosas y un paseo bajo la lluvia que ninguno de los dos puede evitar.
Es sólo cuestión de tiempo que algo se rompa y que alguien ceda.