Todo comenzó cuando encontré un grupo de WhatsApp de fans de mi actriz favorita, entre mensajes y videos, me topé con ella. Su sonrisa iluminaba la pantalla y su forma de ver el mundo me cautivó de inmediato. A medida que intercambiábamos palabras, descubrí que compartíamos sueños, risas y anhelos. Cada conversación se sentía como un pequeño viaje, donde la distancia se desvanecía y solo existía la conexión entre nosotras. Así fue como la conocí a ella, una persona que, a pesar de estar al otro lado de la pantalla, se convirtió en una parte importante de mi vida.