23 Partes Continúa Honeysuckle Evans era todo menos normal.
Desde que tenía memoria -o mejor dicho, desde que volvió a tener memoria-, su vida había sido un torbellino de risas, energía inagotable y una constante sensación de asombro. No era la primera vez que existía, pero sin duda esta era la más divertida.
Reencarnar en el mundo de Harry Potter no fue un gran impacto para ella. Después de todo, ¿qué importaba el universo en el que nacieras si al final del día seguías siendo tú misma? Lo que sí fue una sorpresa, y de las buenas, fue descubrir que no era cualquier bruja en cualquier familia: era la hermana mayor de Petunia y Lily Evans.
"Sucky", como se llamaba a sí misma con orgullo, no podía decir que no adoraba a esas dos niñas. Petunia, con su aire de hermana responsable y sus ocasionales berrinches de niña mayor, era un desafío encantador. Lily, con su curiosidad mágica y su dulzura natural, era simplemente imposible de no mimar.
Sí, la historia decía que el destino de las hermanas Evans estaba marcado por la tragedia, pero Sucky nunca había sido de las que seguían los guiones al pie de la letra. Ella no planeaba quedarse de brazos cruzados viendo cómo la vida de Lily se convertía en un drama oscuro y cómo Petunia se ahogaba en la amargura.
Porque si había algo que Sucky sabía hacer, era brillar, reír y cambiar el curso de las cosas con su mera presencia.
Y esta vez, el mundo mágico no sabía lo que se le venía encima.