Pequeñas catástrofes con final (in)feliz ©
22 parts Ongoing A veces queremos ser escuchados; enfadados y frustrados porque no hay oídos para nosotros.
A veces queremos guardar silencio; encerramos en un cajón lo que nos duele por si algún día lo olvidamos.
Y, cuándo por fin llega alguien que nos pide hablar, no sabemos qué decir, o si es buena idea romper el silencio.
Me pregunto si es porque nos hemos acomodado a estar escondidos tras los "nada",
si es porque estamos acostumbrados al mareo continuo de una espiral donde todo nace y se encasquilla.
Sin embargo, lo que tengo claro, es que nuestras palabras formarían pequeñas catástrofes con un final (in)feliz,
dependiendo de quién seas:
el epicentro o el movimiento.
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