¿Qué es la belleza? Quizá, por definición, algo atrapado en la vulgaridad del tiempo. Resulta devastador pensar en eso justo ahora, que mis manos tiemblan con estrépito, y mi corazón late con la fuerza de un caballo desbocado. El gusto salado de sus labios impregna mi laringe con un cosquilleo nauseabundo, casi detestable, porque no se compara para nada a ella.
Mi ira nos amenaza con desbordarse,
pero yo reprimo mis dedos para no arropar con ellos su cuello tan delicado, lo tengo muy bien prohibido. En cambio, me concentro en su respiración, así logro olvidar la mía. No sé para qué me esfuerzo en ser gentil al medir la fuerza de mis manos, si al final de cuentas, no es más que una sucia prostituta. Un cuerpo que repite lo que otras ya han hecho. Debería ser fácil, ¿verdad? Ser brutal y despojarla de esa máscara que insiste en mantener. No lo hago. La retengo, la observo. Cada gesto, cada latido... lo que no podría haber sido con ella. Mi bien. La que nunca fue.
Pero aquí está, tan real y tan terriblemente imperfecta. La mujer. Siempre lo mismo. Un juego de vanidades, piel y deseos rotos. Como una sombra de lo que alguna vez pude imaginar... Pero, ¿qué quedaría si la destruyo? ¿Qué quedaría si no soy capaz de dejarla partir, como dejé ir a la única que realmente me importó? Mi rabia se alza con furia ciega. Y, sin embargo, algo en su fragilidad me retiene, porque... aunque yo lo quiera, no puedo deshacer el error de verla como la primera. Quizás todo lo que quede al final, todo lo que alguna vez quise de ella, no fue más que una mentira que inventé para poder vivir con la cruel realidad de la que nunca pude escapar.
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad.
Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad.
Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.