En el año 1912, Kwon Taekjoo y Yevgeny Zhenya se encontraban a bordo del RMS Titanic, el barco más lujoso y avanzado de su época. Taekjoo, un joven coreano de 25 años, viajaba en tercera clase, con la esperanza de encontrar nuevas oportunidades en América. Zhenya, por su parte, era un aristócrata ruso de 23 años que viajaba en primera clase, huyendo de la opresión política en su país.
La noche era fresca y clara, con un cielo estrellado que parecía infinito. El Titanic navegaba a través del Atlántico Norte, dejando atrás la costa de Inglaterra. Taekjoo se encontraba en la cubierta de tercera clase, mirando hacia el mar y soñando con su futuro. Zhenya, por su parte, se encontraba en el salón de música de primera clase, tocando el chelo con una pasión y dedicación que parecían envolver a todos los que lo escuchaban.
La música de Zhenya era como un hechizo que parecía atrapar a Taekjoo, haciéndolo sentir como si estuviera siendo drawn hacia él por una fuerza invisible. Taekjoo se sintió atraído hacia la música, como si estuviera siendo llamado por una voz que solo él podía escuchar.
A medida que la música llegaba a su clímax, Taekjoo se sintió como si hubiera sido transportado a un mundo diferente, un mundo en el que solo existían él y Zhenya. La habitación parecía haberse quedado en silencio, como si todos los demás hubieran desaparecido, dejando solo a Taekjoo y Zhenya en un mundo de su propio creación.
Y en ese momento, Taekjoo supo que su vida nunca volvería a ser la misma. La música de Zhenya había cambiado algo dentro de él, algo que no podía explicar pero que sentía con toda su alma.
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Los personajes no son míos
🔥Ganador de los premios Watty 2019🔥
(Los tres libros están incluidos, aunque los números sean un poco lío solo tenéis que leer todo seguido)
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Alice nunca ha visto el mundo. Su vida está resumida entre las cuatro paredes y veinte personas que ve a diario.
Su cena es a las nueve en punto, su sueño dura exactamente ocho horas, jamás tiene una sola arruga en la ropa, parpadea 86400 veces al día, respira 30000 veces al día, solo habla cuando le preguntan, jamás ha ido al exterior, jamás ha levantado la voz y, lo más importante, jamás se ha preguntado qué pasaría si todo cambiara.
Pero, ¿y si eso ocurriera?
En un mundo donde la libertad está controlada, ¿hasta dónde serías capaz de llegar para recuperarla?
¿Hasta dónde serías capaz de llegar para sobrevivir?