En un mundo donde el amor parecía eterno, ella lo amó sin reservas, sin temores, como si el destino hubiera escrito sus nombres juntos desde el principio. Él fue el amor de su vida, su primer amor, y con un solo beso, le entregó todo lo que tenía. Al principio, todo parecía perfecto, sus corazones latiendo al mismo ritmo, compartiendo sueños y promesas que el tiempo no parecía poder borrar. Pero él, un día, se alejó, dejándola con todo su amor en las manos, como un regalo incompleto. Aunque al principio había sido él quien se declaró, al final fue él quien la dejó, con el corazón lleno de lo que nunca llegó a ser. Ahora, con el alma vacía, ella sostiene en sus manos lo que pudo haber sido: un amor correspondido que se deshizo con el paso del tiempo, un destino roto antes de llegar a su fin. Y aunque el tiempo pase y las cicatrices se curen, su corazón siempre llevará la marca de ese amor, tan intenso y profundo, pero que, al final, se desvaneció en la nada, dejando el amor que fue verdadero, pero la despedida, inevitable...
Emmy es una controladora y perfeccionista nata. Todo en su vida tiene que estar bajo control.
No solo eso: ella siempre tiene que ser la mejor. La mejor amiga. La mejor estudiante. La mejor hija. La mejor nieta.
Siempre. La. Mejor.
Evan es un desastre, aunque sus vídeos en youtube digan lo contrario. Pareciera que todo y todos le dieran igual. Sus seguidores, salir en las noticias, ser siempre el centro de atención.
Cuando Evan, un conocido youtuber, se choca con Emmy de noche en un concierto y arma un espectáculo, lo último que se esperaban era reencontrarse a la semana siguiente. En el instituto. En la misma clase. Las chispas saltan y el odio es palpable. ¿Estás dispuestx a bajarles los humos a estos dos personajes?