El verano había terminado hacía más de un mes. Sin embargo, el inframundo se encontraba sin reina. Perséfone nunca regresó al primer día del otoño como de costumbre.
Esto preocupó al rey del inframundo, quien de inmediato salió a su búsqueda. Pero al encontrarla, se llevó una sorpresa no muy agradable.
Su amada ahora vivía como una mortal en la gran ciudad de Atenas, Capital de la Grecia actual. Y, para colmo, no poseía ni un solo recuerdo de su vida como diosa o como la esposa de Hades.
Afrodita y Eros han sido los culpables. Ahora, para salvar a Perséfone, Hades deberá jugar acorde a las reglas de la diosa de la belleza, y enmendar su relación con su esposa, y quizás, volver a recordar todas las razones por las cuales la ama.