Allí entre el miedo, ellas bailan.
Entre las lágrimas, ellas cantan.
Allí entre el dolor, ellas danzan al compás de cada ruptura de su corazón.
Duelen de a ratos, sangran de a días, pero cuando cae la noche ya nada importa, pues ellas, siempre vuelven a bailar... siempre vuelven a sonreír.
Se mueven con el viento, mientras en su alma se remueve la desilusión.
Le sonríen a la vida, pues con sus manos seducen todo aquello que tocan, todo lo llenan de fragilidad, a tal punto que solo depende de ellas romperse.
Ellas son los demonios de la noche que se visten en trajes de ángeles, la dulzura y amargura en un mismo empaque, la intriga, el deseo y la melancolía misma.
Cantan, bailan, lloran y guardan su dolor, pues son consientes de que cada noche el show debe continuar.
Bienvenido, a la casa de las zapatillas.
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las galaxias y demás.
Y así como adora eso, también tiene una gran afición hacia la persona y canciones de Jayden Blackwood.
Cómo cualquier fanática normal, sueña con tener un encuentro fugaz con aquel a quien llama ídolo. Poder coincidir al menos en una mirada, un roce o tal vez en alguna interacción por redes sociales, pero así como sueña con eso, sabe que es imposible que aquello suceda...
¿O no?
Paris Smith se ve envuelta en ese momento que toda fan desea tener con esa persona a la que admira, cuando por culpa de un pequeño accidente sus vidas se ven entrelazadas de un momento a otro.
¿Quién diría que un encuentro tan fugaz como un suspiro podría unir a dos personas de distintos mundos?
¿Quién diría que una chica que tiene la nariz metida en libros de astrónomos famosos podría coincidir con alguien que ama los reflectores y los aplausos?
Y sobre todo ¿Quién diría que una chica normal podría involucrarse con una super estrella?