En un rincón del mundo, donde la picardía y la belleza se entrelazan como una buena arepa con queso, vive Aislinn, una joven que no solo es hermosa como un atardecer en la playa, sino que también tiene la inteligencia de un zorro y la manipulación de una tía que juega a las cartas en una fiesta. Aislinn es tan astuta que podría venderle hielo a un esquimal y, al mismo tiempo, tan fiel como una perra a su manada.
Pero, como en toda buena historia, las cosas se complican. Tras un engaño que deja a su familia más revuelta que un tazón de hallacas en diciembre, decide hacer las maletas y marcharse a Canadá con su abuela paterna. Es como si le dijeran: "¡Chao pescao!" y se escapa del escándalo, buscando un nuevo comienzo.
En su travesía, Aislinn no solo se va a disfrutar del frío canadiense, sino que también descubre que la llama del amor nunca muere. En su camino, se topará con alguien que le hará recordar que, a pesar de los enredos y las traiciones, siempre hay espacio para el amor verdadero. Ese amor que, como un buen café, la despertará de su letargo y la llevará a comprender que la vida es más que solo escapar de los problemas; es encontrarse a uno mismo.
Así, mientras el Grinch observa desde su cueva, quizás reflexione sobre su propia soledad, porque incluso los más grinchosos pueden encontrar su lugar en el mundo, al igual que Aislinn. ¡Y que no se olvide de la risa! Al final, la vida es una mezcla de momentos amargos y dulces, y Aislinn está lista para saborear cada bocado.
Jinetes
Misterios
Verdades dolorosas y mentiras blancas, como algunos la llaman.
Asterin Elliot es una chica tranquila y un tanto perezosa, pero sobre todo exploradora. Nunca puede mantener la boca cerrada y menos en momentos en que la curiosidad está gobernando. Es muy mala para aceptar sus derrotas, lo que es malo porque siempre pierde.
Su mayor parte del tiempo es compartido entre el hospital en el que es enfermera y en lucir bonita, o quedarse horas sentada en mismo lugar bebiendo café. Ama el café.