Yo:
Soy humana. Completamente imperfecta. Testaruda, caprichosa y fría. Admito verídicamente ser una holgazana. Soy común y corriente, totalmente invisible entre el sensacionalismo masivo del típico adolescente. Tan solo trato de encajar entre los 7 mil billones de personas que hay en el mundo.
De belleza no peculiar, con un circulo minúsculo de vida social. Categóricamente en la escala institucional de la escuela, soy catalogada como una Friki. Solo a juzgar porque me he teñido el pelo de morado, y por exhibirme con mis polleras de estampados idealistas. Lo cual, en mi opinión personal es totalmente cool.
Pasatiempo favorito:
Leer historias de terror, comer chocolate y balancearme en el columpio de mi patio trasero, mirando a la nada. Bueno no exactamente a la nada.
Pero en fin.
Él:
No es humano (Estoy hablando de que literalmente no lo es, lo dudo). Completamente perfecto. Su cuerpo es una maquina compacta de musculatura avasalladora. Es una escultura greco-romana en carne y hueso. Sus ojos mieles caramelo, histriónicos. Su piel bronceada y su pelo dorado oscuro como el oro sucio, lo hacen asemejarse engañosamente a un querubín.
Todo en él es esotérico. Su mirada, su postura, su personalidad. Es tan esotérico y misterioso que me exaspera hasta un punto máximo. Odio no poder descubrir nada acerca de él –me da miedo intentarlo-.
Para la sociedad y también para mí, podemos catalogarlo libremente como un Friki. Digo libremente porque cualquier persona podría verlo y saber que es un chico…..Extraño.
Pero nadie ha visto las cosas verdaderamente extrañas que ha hecho.
Es escalofriante.
Isabella odia el lazo de Mates.
Cree que por esa tontería perdió al amor de su vida. Nicolas Ross.
Ha estado enamorada de él desde que tiene memoria y guardaba la esperanza de que todo aquello que sentía con tanta intensidad, fuera por que él sería su compañero eterno, sin embargo, el destino juega en su contra.
Cuando Isabella se va de la manada Dhalia debido a varios sucesos, Nick encuentra a su compañera. Isabella no puede soportarlo ni creerlo. Decide irse a vivir una temporada en Grecia. Pero después de nueve años lejos de su manada, sus padres creen que es momento de volver a su verdadero hogar.
Isabella cree que ha olvidado y superado aquellos sentimientos, pero no es así. Ella sigue siendo un lío cada vez que ve a Nicolas, pero nunca se imaginó que el destino tendría para ella una sorpresa difícil de ignorar. Con unos hermosos ojos verdes y una atractiva oscuridad.
Ella estaba hecha para gobernar.
Segundo libro de Amando al Beta.
El primer libro está disponible en mi perfil.
-Mont