Mi deseo de Navidad

La nieve caía pesadamente sobre Nueva York, y Victoria se ajustó la capucha mientras intentaba escapar del viento helado. Entre ensayos y reuniones para su nuevo álbum, necesitaba un respiro. Su mirada se posó en una pequeña librería con un letrero acogedor que prometía calor y tranquilidad. Sin pensarlo mucho, empujó la puerta, haciendo sonar un suave tintineo.

Emilia estaba detrás del mostrador, organizando libros mientras tarareaba una canción que había escuchado en la radio esa mañana. Alzó la vista al escuchar la puerta y se encontró con una mujer que parecía agotada pero interesante, con un aura que no lograba descifrar.

-Hola, ¿puedo ayudarte con algo? -preguntó Emilia, amigable.

Victoria negó con la cabeza y sonrió levemente.
-No, sólo busco un lugar donde no me molesten por un rato.

Emilia rió, pensando que quizás era alguien harta del caos de la ciudad.
-Pues bienvenida. Aquí nadie te molesta, excepto los libros.

Victoria caminó entre las estanterías, agradecida por la paz del lugar. Mientras hojeaba un libro, Emilia, curiosa, le lanzó una mirada rápida. No tenía idea de que la mujer frente a ella era una artista famosa, mucho menos que su vida cambiaría tras aquel encuentro tan simple.