Lilia era la personificación del amor, amante del arte en todas sus variaciones, escondida del cruel mundo que es el imperio romano, con las esperanzas de poder conocer todo lo que ha leído en libros.
Caracalla, quien gobierna Roma junto a su hermano gemelo, es atrevido, posesivo y maniaco, prioriza el gobernar por sobre su vida personal.
Cuando crucen miradas, una chispa los unirá, el amor que Lilia había querido sentir toda la vida, ahí estaba, pero no de la forma que se la imagina.