Post Predacon Rising. Megatron se encuentra maldecido por una pequeña luz que revolotea a su alrededor, es pequeña, emite destellos entre azul y rojo como si un solo color no fuera suficiente.
Es doloroso verla y al mismo tiempo sabe que si quisiera podría extender la mano, la chispa se posaria en ella sin dudarlo y de un solo apretón se libraria de ella, fácil, rápido, tan rápido.
Suspira y vuelve sus ópticas a la chispeante luz, extiende la mano, la ve posarse allí en su palma y apenas mueve un servo para tocarla, la luz se queda allí, siente calor y como si impulsara a un ave a volar, la deja para que siga flotando con el aire.
Maldición, repite su mente, porque Primus no se apiadaria de él después de envenenarlo, después de haber conducido a su último y bello Prime directamente a sus brazos, en la all spark donde debió haber conservado a Optimus.
"No puedo dejarla ir" es aquel sentimiento que acompaña a Lucífer Morningstar tras haber sido traicionado por Lilith, pasa los días evitando que su maldición condene a su cuerpo y se niega rotundamente a enamorarse de nuevo... tan solo lo consuela aquel locutor de radio, que escucha todas las mañanas y que sin saberlo, pronto serán más cercanos de lo piensan.