En un mundo que trae desgracias y miserias, se encuentran dos personas que son conocedoras de su significado. Pertenecen a diferentes mundos, pero comparten la misma realidad que ofrece.
Viviana, de escasos 18 años, con sueños y aspiraciones, se le han sido arrebatados en un abrir y cerrar de ojos, pero tiene que descubrir ¿Por qué? Para ella todo tiene un porqué, nunca deja de hacer preguntas, tiene esa hambre de saber todo. Llegará el punto en el que deje de hacer preguntas cuando descubra la respuesta a todas sus interrogantes. Esa luz que brilla en su ser le será arrebatada, ¿y sin tu propia luz cómo encuentras la manera de vivir? ¿Y si lo único que te quedaba te es arrebatado?
Dylan, con 21 años cumplidos, ha establecido que su vida debe ser larga y escabrosa, ha decidido que la felicidad no le pertenece, que no merece soñar, ni siquiera permitirse ser amado. Odia muchas cosas, una de ellas son las preguntas, toda su vida le han abrumado las preguntas, ya está cansado de ellas «¿Por qué? ¿Para qué?» Desde la muerte de su hermana, ha tenido que luchar con las preguntas internas y con las externas.
Viviana quiere respuestas a sus preguntas, y Dylan odia tener que dar respuesta a las preguntas.
Arthur Zaens, un multimillonario frío y desalmado que ha vivido en la oscuridad desde la desaparición de su esposa, dejándolo solo con sus dos hijas gemelas. Desesperado por encontrar una niñera que cumpla con sus estrictas expectativas, Arthur conoce a Lía, una ex escritora y editora recomendada por un amigo. Aunque su relación comienza de manera conflictiva, con discusiones y malentendidos desde su primer encuentro en un bar, Lía se convierte en la persona que poco a poco transformará la vida de Arthur y de sus hijas, desafiando su frialdad y cambiando su mundo para siempre.