Kim Dan no la tiene nada fácil. Podría estar hundiéndose en la miseria, teniendo que trabajar una gran cantidad de tiempo, esforzándose al máximo solo para cuidar a su abuela que se desvanecía en el hospital. Era gracioso que se esmerara tanto solo para que su cuenta bancaria permaneciera con alarmantes números rojos cada mes, como una burla.
Pero puede superarlo y seguir a flote, o bueno, eso creía, hasta que la ruptura amorosa con su (ex) novio, Kim Changmin, le derrumba por completo. Y como si fuera poco, tener que convivir con su inusual jefe, un deportista especializado en artes marciales llamado Joo Jaekyung, no es nada sencillo con lo que lidiar.
Solo espera salir ileso de esto y no entrometerse con Jaekyung más de lo necesario, porque para Dan, el amor ya perdió su tiempo, y no quiere volver a lastimarse cuando siquiera él mismo puede terminar de recomponer su corazón roto.
Y es así como Dan jura no volver a involucrarse. Se recuerda a sí mismo esa promesa cada vez que la sonrisa pícara de Joo Jaekyung aparece, junto a sus tatuajes y ese maldito piercing que le atormenta cuando aparece involuntariamente en su cabeza.
________
• ACLARACIONES DENTRO.
• CONTENIDO EXPLÍCITO.
• Este fanfic no se apega a los hechos del manhwa. Jaekyung no es tan hijo de puta, y la historia no es tan tóxica (eso espero).
Haber nacido con una habilidad espiritual, no era la cosa más bonita del mundo. Era una tortura y un fastidio, o al menos eso era lo que Xiao Zhan decía.
Su estilo de vida monótona y atareada, da un giro drástico cuando un fantasma adolescente y algo travieso, le pide ayuda para cumplir su último deseo.
Sin saber que aquel gesto lo pondría en situaciones y experimentaría emociones que no creía que podía experimentar.
▪︎Historia 100% original de mi autoría.
▪︎No acepto adaptaciones ni copias.
▪︎Si esta historia no es de su agrado, por favor déjela, no la lea y absténgase de hacer comentarios ofensivos.
▪︎Historia solo disponible en Wattpad, fuera de este lugar es PLAGIO.