Niebla Alta : El corazón de los secretos

Niebla Alta es un pequeño pueblo escondido en las montañas, rodeado de espesos bosques y envuelto en una neblina perpetua que parece atrapar a quienes lo visitan. Su nombre no es solo un reflejo de su paisaje; es un símbolo de los secretos que esconde en cada rincón.
La vida en Niebla Alta transcurre con una calma casi asfixiante, donde todos parecen conocerse, pero nadie confía completamente en el otro. Las calles estrechas y empedradas, salpicadas por casas de techos bajos y ventanas cubiertas, dan la impresión de que el pueblo intenta ocultar algo más que el frío de las noches.
El lago cercano, con su superficie cristalina pero inquietantemente inmóvil, es un lugar que los habitantes prefieren evitar al anochecer. Los murmullos cuentan historias de luces que se mueven bajo el agua y de susurros que el viento lleva desde la orilla, pero nadie habla de ello abiertamente.
En el corazón del pueblo se encuentra la universidad, un edificio antiguo de piedra oscura que parece desentonar con la modestia del lugar. Su torre del reloj, siempre marcando las horas con un sonido grave, es un recordatorio constante de que el tiempo sigue avanzando, aunque el pueblo parezca atrapado en el pasado.
A las afueras, la casa de la familia Sánchez, donde vivía Lucía, la chica de 21 años asesinada, permanece en silencio. Su fachada blanca y sencilla ya no irradia la misma calidez desde su muerte. La familia parece haberse aislado, y los vecinos evitan mirar demasiado tiempo hacia sus ventanas.
Niebla Alta no es un lugar que se muestre de inmediato; hay que observar con atención, escuchar los murmullos en el mercado, notar las miradas furtivas en la iglesia los domingos. Aquí, cada persona guarda un secreto, y cada secreto es una pieza del rompecabezas que terminó con la vida de Lucía.