Lo que venía siendo una maldita cena se alarga y se convierte en una cata oficial de chupitos de todos los sabores. Al tercero levanto la mano. La merluza que llevo encima no es ni medio normal, por no hablar que mis acompañantes de juerga son Louis y Ashton. Les miro y de pronto me siento acongojada, tiro de la falda hacia abajo para que no me vean el alma y me levanto un poco perjudicada, me apoyo en uno de los brazos del sofá y me miran. Parecen dos serpientes de cascabel pendientes de la presa, en este caso yo. Me abruman.
-No me miréis así.-Digo de pronto. Gemma, eres gilipollas me digo a mi misma.
-¿Así como?.-Me encojo de hombros por que no sé que coño responderlos.
-¿Has pensado...? ¿Has pensado la propuesta?.-Murmura Ashton y le miro. Joder que bueno está. Sacudo la cabeza atolondrada.
-Pues no.-Miento.-Pero tengo varias dudas.-Levanto el dedo índice y adopto una postura de borracha que parece fliparles en vez de asustarles.
-Dispara.-Murmura Louis.
-¿En necesario que lo hagamos los tres juntitos?.-Se miran y asienten.-¿Por qué?.
-Por que... por que sí.-Viva. No tienen argumentos. Miro a Louis y aún me flipa el echo de que me esté proponiendo compartir cama con Ashton. Con lo santito que parecía.
-Genial, ahora seremos como las copas de chocolate, esas que venden en packs indivisibles.-Aplaudo. Gema para, estás borracha.-¿Cuando se decide que termina esto?.
-Cuando uno de los tres encuentre fuera de esto alguien que le interese como para dejarlo... o cuando nos encoñemos más de la cuenta contigo.-Si no fuera por que sé que no soy gays, lo pensaría. Empiezo a abanicarme y cuando pienso que nada puede ponerse más interesante les veo caminar hasta mi. Me miran y el aire se calienta de golpe.