Dónde tres chicos hacen una apuesta, conquistar al callado del salón.
- Se que lo conseguiré antes que ustedes - aseguro el de ojos bicolor.
Los otros dos se miraron y se echaron a reír.
- Es una apuesta entonces
¿Por qué fue tan fácil para ti hacérmelo tan difícil?
Encuéntrame a medianoche en el bosque de mis sueños. Haremos una fogata y contaremos las estrellas que brillan sobre los árboles.
Me alegro de que mi vida esté llegando a su fin. Pensar que podría durar otros quinientos años, ahora eso sería terrible, en mi caso.
Mi mente estaba clara y penetrante en ese momento, porque era medianoche, la hora en que soy más valiente y más libre.
Vuelves como el otoño, y yo me caigo cada vez.