Asher Cahill no podía ser más arrogante de lo que ya era. Y es que no había chico con la cabeza más grande que él en todo el instituto.
Y por supuesto, Asher tenía que ser el chico popular, jugador estelar de fútbol, encantador, atractivo, seductor y por ende, el chico más cotizado entre todas las chicas del colegio. Todas las chicas en algún momento de su estancia allí lo había deseado de alguna u otra manera. Y él estaba más que acostumbrado a los elogios, miradas y coqueteos.
Era tan arrogante que, él solamente disfrutaba de verlas morirse por él, ya que ninguna estaba a "su altura".
Pero esta historia no sería nada interesante si no existiera una sola chica que parecía ser inmune a Asher
¿Pero quién era esa única chica? ¿La única que nunca cayó bajo sus encantos?
Lilith Brown.
Una chica, que estudiaba en la misma clase de Asher, que aparentaba ser tímida, callada y tranquila, hasta que un día harta de que Asher se pasara de idiota con ella, usó su afilada lengua y lo puso en su lugar.
Desde allí la enemistad entre ambos se concretó. Ella lo había humillado delante todos y por supuesto que Asher no se iba a quedar de brazos cruzados.
Desde entonces Lilith dejó de ser vista como invisible para todos y abrazó su verdadera personalidad.
Fría, calculadora, sarcástica, amenazante y un verdadero peligro para todos aquellos que se pasaban de listos con ella como Asher.
Amable, encantadora, carismática y entusiasta para sus amigos y para todo aquel que forme parte del grupo que ella misma creó con todos aquellos que se sentían inferiores ante los populares.
Rebelde, hermosa pero al final una nerd para los demás.
Asher y Lilith, ambos carismáticos y seductores. Ambos líderes de sus grupos. Pero lo más destacable entre ellos era que eran enemigos y rivales.
Rencor, venganza y una excesiva atracción. Una mezcla peligrosa.
¿Quién ganará la batalla? ¿Quién se rendirá ante los encantos del otro?
9/12/24
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.